Unko y Karina son dos galgos adoptados que nos dan su particular visión del mundo

domingo, 5 de febrero de 2012

ENFERMEDADES
















Este fin de semana hemos estado malitos Unko y yo. Una tarde de esta semana, me estaba dando unas carreras por mi Cerro, y cuando acabé, estaba sangrando por el dedito que tengo más arriba de mi pata, creo que es el pulgar. Mamá me trajo a casa, no paraba de sangrar, me limpió bien y me vendó. Pero al día siguiente seguía igual o peor y me llevaron a Laura, nuestra veterinaria. A Laura no le gustó mucho cómo estaba la herida y me la cosió un poco, qué dolor!!! Y eso que me pusieron una inyección para que no me doliera. Luego me dieron muchas pastillas y tenemos que esperar a mañana, porque no es seguro que el pulgar se suelde bien y puede que me lo tengan que quitar. Bueno, total, no lo uso para nada y se me engancha a veces cuando corro, así que me dá igual.

Pero a Unko le debió dar envidia que me hicieran caso y me mimaran porque, nada más regresar del veterinario, hizo una de las suyas: en un descuido se zampó media tableta de chocolate negro. Sólo el chocolate, el papel lo dejó a un lado cuidadosamente. Mamá se asustó mucho cuando lo descubrió y llamó enseguida por teléfono a Laura, que le dijo que se fuera volando con Unko a la clínica. Así que tuvo que volver corriendo en coche y le llevó, que hacía un frío que pelaba. Al pobre Unko le pusieron unas inyecciones para que vomitara todo, se puso muy malito, pero devolvió una cosa muy bonita con olor a chocolate. Lo malo es que luego le tuvieron que pinchar otra vez, ahora para que dejase de vomitar, vaya lío!!! Y también otro pinchazo para protegerle el estómago. Además tenía la tensión muy alta y le latía el corazón muy deprisa.

Y es que el chocolate tiene unos componentes que para los perros son veneno puro, y más si es chocolate negro al 70%, como era el caso. Hay que tener mucho mucho cuidado con ésto.

El caso es que volvió a casa y tuvieron que estarle vigilando hasta muy tarde por la noche, porque si hubiera metabolizado el chocolate, habría que haberlo llevado corriendo otra vez a unas urgencias. Menos mal que no pasó nada, debió echar hasta la primera papilla el pobre, porque al día siguiente tenía un hambre que se moría y tuvo que comer muy poquito a poco.

En fín, que con el frío que hace, nuestros amos han estado muy ocupados con nosotros estos días. Yo voy estando mejor de la patita, no me duele ni nada, pero aún no me dejan correr mucho y llevo mi vendaje puesto.

Pero nosotros no pensamos en eso, ni en que estamos mal, como les pasa a los humanos. Nos adaptamos y ya está. Como debe ser.

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